La fascinante y curiosa historia de la silla en la que se coronará Carlos III
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A menos de dos meses para que se celebre la Coronación del rey Carlos III, son muchos los detalles que poco a poco se van conociendo de esta importante ceremonia, así como de otros eventos que van a tener lugar a lo largo del fin de semana en el que se ha fechada la misma. Ya sabemos tanto las coronas que llevará el monarca, como la pieza que lucirá su consorte, pero ahora vamos a poner la vista en uno de los elementos más importantes de la ceremonia y que tiene una fascinante historia detrás. Se trata de la silla de Coronación, que se encuentra ubicada en una de las capillas de la Abadía de Westminster.
La Reina Isabel en la silla en su Coronación. / Gtres
Aunque no es ningún secreto que el nuevo monarca se sentará en esta pieza, cuya historia se remonta más de siete siglos en el tiempo, lo cierto es que todas las miradas se han puesto en la silla de Coronación a raíz de una reciente publicación en las redes sociales que han compartido tanto la cuenta oficial de la Familia Real como la de la Abadía de Westinster. Un post que ahonda en la historia de la silla y todo el simbolismo que tiene asociado. La experta Susan Jenkins es la encargada de explicar las características de esta singular pieza.
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Una joya más de la Corona cuyo hogar ha sido, a lo largo de los siglos, la propia Abadía de Westminster. La silla se utilizó por primera vez en la Coronación del rey Eduardo II, mide dos metros de altura y está hecha de roble báltico. Originariamente habría estado decorada en oro y vidrios de colores, con un rey pintado en el respaldo, pero el paso del tiempo y algunos ataques la han deteriorado, a pesar de la reciente restauración a la que se ha sometido la pieza. En el vídeo que ha compartido la Abadía de Westminster, la Dra. Susan Jenkins explica que parte de la decoración todavía puede apreciarse si se mira de cerca, con patrones de pájaros y follaje estampados en el oro que aún queda.
La silla de la Coronación. / Gtres
Bajo la silla se colocaba la llamada ‘Piedra del Destino’. En el pasado, los monarcas escoceses eran coronados sentados en esta piedra, pero el rey Eduardo I se hizo con ella en el año 1296. La piedra, que pesa 152 kg, se devolvió a Escocia en el año 1996 y hoy permanece en el Castillo de Edimburgo. Sin embargo, cada vez que hay una Coronación, la piedra y la silla se reúnen.
La silla es uno de los muebles más preciados y llamativos del mundo, pieza central de coronaciones de monarcas británicos a lo largo de 700 años. Cuando Eduardo I ordenó su fabricación, lo hizo, precisamente, para albergar la piedra escocesa. Al principio, la piedra estaba totalmente encerrada debajo del asiento, pero a lo largo de los siglos esto ha cambiado.
Detalle de la silla de la Coronación con la piedra debajo. / Gtres
La silla fue pintada por el Maestro Walter, el Maestro Pintor del Rey. Se cree que la figura del rey pintada en la parte posterior con los pies apoyados en un león es Eduardo el Confesor o Eduardo I. Los cuatro leones dorados en la parte inferior del diseño fueron agregados más adelante, en el siglo XVIII, para reemplazar a los originales, que se incorporaron a comienzos del siglo XVI.
Según algunas fuentes, la silla se ha utilizado desde el siglo XIV, aunque hay algunas opiniones divididas en lo que respecta a cuándo empezó a usarse para la ceremonias de coronación. Se tiene constancia de que en la de Enrique IV, en 1399 sí que se utilizó. Desde entonces, ha habido un total de 38 coronaciones de monarcas reinantes celebradas en la Abadía de Westminster, mientras que 15 reinas consortes también han tenido ‘ceremonias de coronación separadas’.
La Reina Isabel durante su Coronación. / Gtres
Más allá de esto, se sabe que la silla no ha sido solo utilizada en coronaciones. Fue sacada de la Abadía cuando Oliver Cromwell fue declarado como Lord Protector en Westminster Hall en 1653 sobre ella. También fue utilizada por la Reina Victoria en los Servicios del Jubileo de Oro de 1887 en la Abadía. Durante la Segunda Guerra Mundial, se llevó a la Catedral de Gloucester por seguridad y la Piedra fue enterrada en secreto en la Abadía. Ahora se prepara para la primera coronación del siglo XXI, un acontecimiento de gran relevancia histórica.